Las nuevas tecnologías inundan todos los aspectos de nuestra vida. También muestran su utilidad en la salud y para realizar terapias. Es el caso de la realidad virtual. Con unos dispositivos electrónicos (habitualmente gafas o pantallas) se introducen imágenes o escenas en el campo visual del paciente.
Diferentes sociedades y clínicas han utilizado estos dispositivos en los últimos años. Hoy se aplican imágenes para ayudar a los pacientes a fijar los objetivos de la terapia, para mantener la concentración, o para relajarse durante la terapia o la prueba que se les aplica.
Por ejemplo, una resonancia magnética es una prueba que puede durar más de media hora. Y el tubo donde se realiza puede generar claustrofobia. Con un dispositivo óptico, el paciente está viendo unas imágenes relajantes, y tiene sensación de estar en un espacio amplio en vez de reducido.
Los simuladores de conducción y de vuelo ya existen desde hace tiempo. Además de un uso formativo, se emplean para reducir la ansiedad a volar que padecen algunas personas. Se integran en las terapias llamadas «de exposición» o «de desensibilización».
Las principales indicaciones terapéuticas son psicológicas y físicas. Por ejemplo, se han desarrollado técnicas para tratar:
- Ansiedad , depresión o estrés
- Fobias o miedos patológicos , hipocondría
- Insomnio
- Trastorno por déficit de atención o hiperactividad
- Trastorno de estrés postraumático
- Algunas adicciones o dependencias
- Reducir el dolor crónico
- Mejorar el rendimiento deportivo
- Terapias físicas y rehabilitación
Los expertos coinciden en que la principal ventaja de la realidad virtual es que el paciente tiene la sensación y la convicción de controlar la situación. El entorno controlado al que se le expone facilita su adaptación, y le libera más fácilmente de los obstáculos psicológicos que le impiden enfrentarse a la realidad o a la enfermedad.
También permite graduar la exposición, y medir de forma objetiva el progreso en el programa terapéutico. Se podría realizar la terapia en casa, e incluso compartir resultados y experiencias.
Con el desarrollo de internet y el avance de las nuevas tecnologías, debería ser un objetivo prioritario el ponerlas al servicio de la salud, para que se beneficien pacientes de todo el mundo.
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