La respiración permite obtener el oxígeno que hay en el medio para que lo utilice el cuerpo humano. Las células lo necesitan para producir energía y para mantener su correcto metabolismo.
La respiración es un mecanismo involuntario y automático. En ella intervienen los músculos intercostales y el diafragma, que expanden o comprimen el tórax y los pulmones. Funciona como un fuelle, controlado por nervios que se originan en el bulbo raquídeo y llegan hasta los músculos para darles órdenes.
Cuando dormimos, la respiración está dirigida de forma totalmente automática. Pero, cuando estamos despiertos, podemos controlar voluntariamente algunos aspectos como la frecuencia respiratoria o la profundidad de las inspiraciones y espiraciones.
Si realizamos ejercicios para controlar la respiración, mejoraremos la oxigenación de la sangre y de los tejidos del cuerpo. Se pueden lograr muchos efectos beneficiosos como consecuencia de ellos:
- Conseguir una mayor conciencia del propio cuerpo y de control sobre él.
- Alcanzar un mayor grado de relajación mental.
- Bajar la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
- Reducción del estrés físico y metabólico.
- Mejora de la calidad del sueño.
- Mejor rendimiento físico y deportivo.
Hay diferentes disciplinas que abordan este proceso, como el Yoga, el Pilates, etc. Sus pautas suelen centrarse en alargar la respiración y adecuarla a las posturas o ejercicios que se están realizando con el resto del cuerpo.
Por ejemplo, el Yoga define varias técnicas concretas que se pueden practicar:
- Respiración ujjayi: sentado, tomando aire de forma profunda, y liberándolo por la nariz.
- Respiración nadi shodhan: en una postura sentada específica, inhalando aire alternativamente por la fosas nasales derecha e izquierda.
También el abdomen influye a este nivel, y existen ejercicios abdominales para que mejore los movimientos del diafragma y aumente la capacidad respiratoria.
Al igual que la alimentación y la correcta hidratación, la respiración es básica para una vida larga y saludable. Debemos prestarle atención y favorecer su correcto propósito, tanto en nuestras horas de descanso o relajación, como durante nuestro ejercicio o deporte.
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