Al finalizar una actividad deportiva, ya sea de competición o un ejercicio individual, nuestro sistema muscular entra en una fase de recuperación. Esta etapa posterior a la actividad o al entrenamiento resulta muy importante, y debe ser acompañada de medidas activas. Pueden aplicarse masajes manuales, o bien utilizar otros medios como indica esta web de hidromasajes. Pero siempre se debe actuar. No sólo para acelerar la recuperación, sino también para mejorar el rendimiento y facilitar el descanso.
Recupera tus músculos tras el deporte
Observamos frecuentemente que los ciclistas de competición se ponen en manos de sus masajistas. Inmediatamente, tras finalizar una etapa, necesitan acelerar la recuperación muscular de sus piernas. Los equipos ciclistas cuentan con expertos terapeutas que los acompañan durante las carreras.
El objetivo de esta terapia es evitar que la fatiga acumulada afecte a los músculos. Se favorece la circulación, el retorno venoso, y la redistribución de nutrientes por toda la masa muscular. Ayuda a reponer las reservas energéticas y facilita el descanso de los corredores. Tras varias horas de elevada exigencia física, necesitan una rápida recuperación para rendir adecuadamente en la siguiente etapa.
Pero no es algo exclusivo de los ciclistas de competición. Desde los peregrinos que recorren grandes distancias diarias, hasta los trabajadores que permanecen muchas horas de pie. Todos hemos experimentado la sensación de dolor, pinchazos, calambres o agujetas, así como la fatiga muscular. Y con ellas, la dificultad y la limitación para realizar movimientos después del ejercicio o del entrenamiento.
Cuando se agotan las reservas de energía en los tejidos, las células inician una vía alternativa de funcionamiento. Como consecuencia, se generan sustancias y moléculas como el ácido láctico, las cuales son tóxicas para las células, y se desencadena el dolor y la fatiga. El desajuste metabólico se puede prolongar hasta dos días después de la actividad física.
Estas sensaciones tan molestas se pueden minimizar con una adecuada recuperación muscular tras el deporte. La principal herramienta al alcance de todos es la aplicación de presión mediante técnicas de vibración, percusión, masaje de tachadura, o sacudidas. Gracias a ello, se actúa sobre músculos hipertónicos y fatigados. Disminuyen las contracturas, aumentan el aporte sanguíneo, y facilitan la eliminación de moléculas tóxicas y productos de desecho.
Pero resulta dificultoso aplicarse estas técnicas a uno mismo. En ausencia de un terapeuta que atienda al deportista, existe la opción de emplear máquinas o medios que transmitan las vibraciones y las presiones. Un buen ejemplo son los hidromasajes.
Utiliza los hidromasajes en tu recuperación
El agua es un elemento capaz de transmitir la presión, logrando dirigirla o bien repartirla por una superficie. Actualmente existen múltiples opciones para controlar y regular la fuerza y la temperatura de los chorros que se aplican sobre diferentes zonas del cuerpo. Se emplean en el tratamiento de patologías como fibromialgia, con efecto analgésico, descontracturante y relajante.
El agua recuperará tus músculos
En el medio acuático, el cuerpo experimenta una mayor relajación, lo que contribuye a mejorar la recuperación tras el ejercicio. Y no sólo se aplica tras el deporte. En cualquier momento se pueden realizar sesiones para tonificar la musculatura, para mejorar la respiración, o incluso para prevenir lesiones. Los deportista de élite suelen disponer de instalaciones particulares en sus casas, con piscinas y dispositivos orientados a la terapia, al mantenimiento físico, o bien a la relajación.
Es muy importante tener en cuenta otras medidas como una correcta alimentación, la continua hidratación, y el calentamiento previo al deporte. Tampoco se debe concentrar el ejercicio de forma explosiva en un corto espacio de tiempo. Todo ello contribuye a que los músculos soporten la actividad. Pero la aplicación de hidromasajes siempre logrará un efecto beneficioso en el organismo, de forma independiente. Y aún más importante en la fase de recuperación muscular tras el deporte.
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