Como hemos comentado otras ocasiones, una postura incorrecta o tensa del cuello puede producir cervicalgia (dolor cervical) e incluso hormigueos en los brazos, entumecimiento, pérdida de sensibilidad, o braquialgia (dolor que se extiende por el brazo).
Esto se debe a la compresión e irritación de los nervios cervicales, que provoca una neuralgia, es decir, un dolor el la zona que controla un nervio.
A la hora de realizar ejercicios también es importante mantener una buena postura cervical. La tensión sobre los músculos de la zona es mayor que en las situaciones de la vida diaria.
A veces tendemos a echar la cabeza hacia atrás (extensión del cuello) cuando hacemos ejercicios en el suelo o cuando levantamos pesos. Esto contractura los músculos profundos del cuello, y genera espasmos musculares, lo cual comprime la salida de las raices nerviosas en la parte posterior de las vértebras cervicales.
Para evitarlo, se aconseja mantener el cuello recto al realizar flexiones de suelo con los brazos, sentadillas o elevación de pesos, y bajar hacia delante el cuello al hacer «dips» o fondos en barras paralelas o en máquina. No hace falta que el mentón toque el tórax, pero debemos aproximarlos.
Si no se actúa así, los días siguientes a la realización de los ejercicios mencionados (o de hombro posterior), pueden aparecer estos síntomas. Una vez establecidos, es importante dejar de realizar ejercicios que impliquen extensión del cuello, y valorar alguna terapia física sobre la zona, además del reposo necesario para lograr una pronta recuperación.
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