La formación en Fisioterapia es una de las claves del éxito para un profesional de la terapia física. Tanto a nivel práctico como en formación continuada. Las áreas que abarca en su ejercicio son muchas, y la especialización en alguna de ellas requiere la formación específica adecuada.
Cuando un terapeuta físico se plantea el perfil de tratamientos y de pacientes que busca alcanzar, debe complementar los conocimientos y habilidades ya adquiridas con otros más específicos de áreas concretas. La continua mejora del curriculum, la especialización, y la investigación o la docencia, van paralelas a una mejora de las competencias del terapeuta.
Como para cualquier área del conocimiento, el esquema de aprendizaje por competencias fija el camino. Para avanzar, hay que saber y poder:
- Conocer: capacidad de interiorizar los contenidos, el cual es un proceso cognitivo más individual.
- Ser: tener aptitudes y desenvolverse en la búsqueda del conocimiento, que es un proceso más social o en equipo.
- Hacer: aplicar los conocimientos y las habilidades técnicas, el cual es un proceso práctico.
- Enseñar: sería el grado máximo de conocimiento, y demuestra un gran dominio de los demás aspectos.
A su vez, las competencias se dividen en:
- Básicas, que serían necesarias para cualquier estudio o carrera de la misma rama.
- Transversales, que son intrínsecas a la formación en Fisioterapia.
- Específicas u optativas, que son las áreas individuales en las que se podría profundizar.
Para garantizar la calidad y la permanencia de las competencias, es necesaria una formación continuada. Con ella se actualizan conocimientos y técnicas, y se diversifica o bien se especializa el campo que abarca un profesional. Ya en el año 2.005 la UNESCO apuntó que la educación inicial es siempre incompleta. Pero se constituye como la base del saber aprender, que debe reactivarse de manera continua. Por tanto, la formación en Fisioterapia es un aspecto que debe acompañar al terapeuta durante todo su ejercicio profesional.
En las últimas décadas han surgido muchas colaboraciones entre universidades e instituciones clínicas. Con el avance de internet y de los medios digitales, se han creado plataformas de formación on-line. Habitualmente las disciplinas más prácticas requieren una formación muy técnica y presencial. Pero con las nuevas tecnologías y herramientas digitales se puede realizar una formación de calidad, mixta o a distancia.
Gracias a estas plataformas, los contenidos son accesibles desde cualquier dispositivo con conexión a internet. Con ellas se puede acceder a:
- Contenidos gráficos, esquemáticos, o información científica y práctica sobre disciplinas indispensables para el ejercicio profesional.
- Novedades sobre Fisioterapia y sobre sus ámbitos específicos.
- Desarrollo de casos prácticos presentados por expertos.
- Ejercicios prácticos donde realizar el proceso de autoevaluación, para mejorar el aprendizaje.
- Lecciones teóricas, preguntas al experto, y foros de discusión sobre temas concretos.
- Seguimiento individualizado y adaptado.
De esta manera, el alumno se ve inmerso en un sistema de transmisión de conocimientos, a través de la participación en la resolución de problemas reales. Y todo ello apoyado en la mejor tecnología audiovisual que permiten las herramientas digitales. En un proceso que no es necesariamente lineal, sino que pone a prueba los conocimientos que se van adquiriendo, para fijarlos y testarlos continuamente.
Por ello, hoy más que nunca se pueden compatibilizar los estudios de formación continuada o especialización con el desarrollo del labor profesional. Gracias a estas plataformas podemos organizar nuestros horarios, y adaptar las actividades formativas a las circunstancias. Cuentan con la participación de buenos docentes y expertos universitarios, y son una buena alternativa para la obtención de los títulos, certificados y másteres necesarios.
En la práctica habitual es muy importante que cualquier fisioterapeuta, sea especialista o no en un área, realice la formación adecuada. La formación en Fisioterapia no sólo pone al día en conocimientos y técnicas. También permite adaptar los planes de cuidados y de actuación, y poder individualizarlos para cada paciente, teniendo en cuenta todas sus patologías. De esta manera, el tratamiento final que se les proporcione será más efectivo y de mayor calidad. Y también acortará los tiempos de recuperación de los pacientes.
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