La gripe o influenza es un virus muy contagioso. Los antibióticos no son efectivos contra los virus. Por ello es tan importante su prevención, sobre todo en personas que sufren enfermedades crónicas o respiratorias.
Hay tres tipos de gripe:
- A : la más frecuente y la más grave. Provoca epidemias al expandirse por otras regiones. Cada 10 ó 20 años genera una pandemia (epidemia a nivel mundial).
- B : más leve. Provoca epidemias estacionales y limitadas, normalmente cada 5 años.
- C : la que existe siempre en la misma zona geográfica. Sólo provoca epidemias ocasionales.
La gripe A también afecta a los animales (aves, cerdos, etc.). Habitualmente ocurre una mutación en el virus A, y la infección pasa de los animales a los humanos. Después se extiende por todo el mundo, favorecido por los viajes internacionales.
La gripe B, en cambio, no se genera en los animales.
La vacunación debe realizarse antes de que llegue el virus a la zona en la que habitamos. Normalmente a finales de cada año. Hay organismos científicos que detectan de forma temprana las mutaciones en animales. Con esa información se decide qué vacuna fabricar cada año. Las vacunas deben incluir las cepas más probables o más virulentas.
Las complicaciones más frecuentes de la gripe son la neumonía, la pericarditis, y la bronquitis. Aunque hay unos medicamentos llamados antivirales, son caros y sólo reducen la duración e intensidad de los síntomas, siempre que se administren en las primeras 48 horas de infección. Por ello se recomienda la vacunación, para que ya existan defensas en el organismo cuando se entra en contacto con el virus.
La vacunación suele ser voluntaria, y las recomendaciones varían en cada país. Los principales grupos de población a los que se aconseja vacunarse son:
- Mayores de 60 ó de 65 años, aunque puede variar según la autoridad sanitaria de la zona.
- Personas con enfermedades cardiovasculares o pulmonares crónicas.
- Pacientes con diabetes, obesidad, anemia, alteraciones en las defensas, o bien recientemente (o próximamente) operados por cirugía.
- Insuficiencia renal, enfermedad crónica del hígado, otras enfermedades crónicas.
- Personas internadas en residencias, hospitales, o instituciones para pacientes crónicos o psiquiátricos.
- Mujeres embarazadas.
- Personal sanitario en general, y trabajadores de residencias o de centros crónicos.
- Viajeros internacionales.
- Familiares que cuidan en su casa a personas con enfermedades crónicas.
Gracias por compartir las revista
Ufffff, que tema más delicado y polémico. Tengo muchos amigos médicos y sus opiniones no pueden ser más dispares. En el caso de mi sobrino le han vacunado contra la meningitis, no tiene muchos efectos secundarios y la verdad es que te quedas un poco más tranquilo. Las probabilidades de infección son muy pocas pero estamos hablando de una enfermedad extremadamente grave. En realidad creo que mucha gente que opta por vacunar a sus hijos lo hacen porque en el caso remoto de que tuviesen una meningitis no se lo perdonarían. Creo que es una vacuna que debería estar en el calendario de vacunaciones si o si, tiene poca incidencia pero es mejo prevenir. En realidad casi cualquier patógeno puede producir una inflamación de las meninges, un virus, una bacteria e incluso un hongo. La vacuna por lo tanto no es la panacea contra esta enfermedad. La meningitis b producida por un meningococo tiene una tasa de mortalidad del 10% si a eso le unimos las pocas posibilidades de contagio estamos hablando de un riesgo mínimo, pero un riesgo que al fin y al cabo muchos padres no quieren corren. También hay que tener en cuenta que su incidencia es diferente dependiendo de la comunidad autónoma, Galicia y Cantabria casi triplican la tasa de infección de otras comunidades autónomas por ejemplo. Yo soy de los que opino que la tranquilidad no tiene precio y que por otro lado es cierto que la información es contradictoria y está sesgada. Un saludo y un abrazo.
Gracias por los libros
Gracias por el libro y buen fin de semana!!