Una apnea es la interrupción de la respiración por un momento. Es una maniobra que se puede realizar de forma voluntaria, como cuando estamos bajo el agua. Pero a veces es la manifestación de un problema anatómico o de una enfermedad latente, y puede aparecer durante las horas de sueño.
El síndrome de apnea del sueño (SAS, SAHS, SAOS, ó SAHOS) sucede cuando se producen varias apneas de tipo obstructivo a lo largo del sueño. Se cierra la vía aérea superior de forma intermitente y reversible. Esto frena por varios segundos la respiración y puede llegar a despertarnos.
Es un problema más frecuente en varones de edad avanzada, obesos, fumadores, de cuello corto, o con alteraciones de las vías aéreas. También se asocia a enfermedades como síndrome de Down, síndrome del ovario poliquístico, hipotiroidismo, rinitis, etc.
Los pacientes con apnea del sueño suelen roncar por la noche. Esto se debe a que la vía aérea lucha y hace un esfuerzo para vencer el cierre. Quien presencia la apnea de otro, suele relatar unos segundos sin respiración seguidos de una fuerte inspiración profunda o un fuerte ronquido. Y durante el día existe somnolencia y fatiga física y mental, debido al mal descanso nocturno.
En los últimos años, se ha comprobado una asociación entre este síndrome y el aumento del riesgo cardiovascular. En general, los principales problemas que conlleva son:
- Insomnio nocturno, somnolencia diurna, y fatiga crónica.
- Irritabilidad, depresión, falta de concentración y falta de memoria.
- Reflujo gastroesofágico.
- Elevación de la tensión arterial.
- Aparición de arritmias cardíacas.
- Bajadas del nivel de oxígeno en la sangre.
Según el número de apneas y su duración, se decide la gravedad del cuadro, o la necesidad de tratamiento. Para ello se ingresa en la clínica una noche entera al paciente. Se le monitoriza con diferentes aparatos y se registra la respiración, el ritmo cardíaco, el oxígeno en sangre, etc.
El principal tratamiento que existe es una máquina que funciona con una máscara y aire a presión. Se llama «CPAP», y ayuda a mejorar la respiración del paciente durante el sueño. Algunos pacientes refieren que no lo toleran por incomodidad o por el ruido que genera. Pero los resultados al utilizarlo son muy buenos. En casos más graves se puede realizar cirugía de la nariz, del paladar, o de la laringe. Y siempre se aconsejan medidas como:
- Bajar de peso.
- Evitar medicamentos como relajantes musculares o hipnóticos para el sueño.
- No beber alcohol.
- No fumar.
- Dormir acostado sobre un lado, en vez de boca arriba.
Los especialistas a los que puede consultar si usted cree que sufre la apnea del sueño son el Neumólogo y el Otorrinolaringólogo, pero el médico general también le puede orientar sobre esta patología.
Deja un comentario